LA GALLE A LA CALLE”

LIBERTAD A KARINA GERMANO

presa en la Argentina, y a sus compañeros presos en Brasil:

Mauricio Hernandez Norambuena

Alfredo Canales Moreno

Marco Rodriguez Ortega

Marta Urrego Mejía

William Gaona Becerra

Presos internacionalistas del estado brasileño.

Karina Germano López.

Presa internacionalista del estado brasileño y de la “justicia” argentina…

9/9/11

La galle a la calle

Por Matías Cambiaggi

Karina Germano, la gallega tiene una historia que inquieta.

Salió de España intentando reconstruir la historia de su padre pero tuvo que hacer un alto en su investigación porque en Brasil fue condenada a 30 años de prisión acusada de un secuestro extorsivo. Lleva casi diez años de encierro entre las cárceles de Brasil y la Argentina pero aún no perdió las ganas de recuperar su historia y aunque las instituciones de los dos países le nieguen el carácter de presa política, cada vez son más las paredes que amanecen pintadas por militantes con pedidos por su libertad.


Cuando recupere mi libertad, voy a mirar ese año, que para mi comenzará en diciembre, como si fuera la primera vez que desfilan 365 días ante mis ojos.


Hace frío. Mucho. Tanto que la radio habla de la semana más helada del año. El viaje por momentos se hace largo y la ruta angosta sobre la que nos movemos parece apenas una pequeña isla de cemento vertical en medio del campo inmenso. A lo lejos se ven algunas construcciones bajas. Son los pabellones de la cárcel de Ezeiza. El viento sopla sin descanso, ni estorbos. El verde inmenso es su autopista y durante los 300 metros que tenemos que atravesar parece empeñado en querer cortarnos la cara.

Atravesamos la única puerta que permanece siempre abierta en el penal de Ezeiza y en la recepción, el personal del Servicio Penitenciario nos solicita nuestros documentos. Los apoyamos con cuidado sobre un mostrador atiborrado de pistolas, revólveres, ametralladoras y una escopeta, que habrán quedado de algún reciente traslado. Tras una breve revisión, comprueban que se corresponden con las visitas aprobadas y nos conducen a través de un pasillo angosto y oscuro, con más cerrojos que puertas, hasta el aula en donde nos espera Karina.

El ambiente es espacioso, aunque tiene un techo muy bajo, como todos los del penal, y cuenta con una mesa, un pizarrón y unas cuantas sillas para que puedan desarrollarse algunos de los talleres que funcionan durante el año.

Si bien es horario de visitas, el único movimiento que se ve es el de las guardias y la tarde transcurre en un silencio que sólo interrumpen nuestras voces con los saludos y presentaciones de rigor. En la sala somos cuatro.... SEGUIR LEYENDO ...CLIC EN EL TEXTO

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